WASHINGTON, Estados Unidos.- Cerca de 244 millones de votantes están llamados a las urnas para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, pero el resultado puede depender de solo unas decenas o cientos de miles de votos en los estados “péndulos” o “bisagra”, que representan 93 votos (sobre 538) del colegio electoral: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin.
El objetivo es alcanzar la cifra mágica de 270, sinónimo de victoria nacional.
En Estados Unidos, los votantes no eligen directamente a quien quieren en la Presidencia, sino que votan a electores por su estado, y son ellos los que van a una reunión en la que deciden quién será presidente o presidenta.
El candidato más votado en un estado gana todos sus electores (excepto en Nebraska y Maine, donde es proporcional). El sistema permite que llegue a la Casa Blanca un candidato que no haya tenido la mayoría de los votos.
Por eso, el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris centran sus energías en estos estados e invierten en ellos la mayor parte de sus fondos.
Pensilvania
Quizá el estado más codiciado con sus 19 grandes electores.
Trump ganó por poco en 2016 y Joe Biden se impuso en 2020, también por escaso margen.
En este estado en declive industrial, los obreros tienden a dar la espalda a los demócratas. Pero Harris cuenta con los grandes proyectos de infraestructuras lanzados por Biden y con el apoyo de los sindicatos para conservarlo.
Las grandes ciudades de Filadelfia y Pittsburgh se inclinan por ella, mientras que Trump apuesta por la población rural.
Michigan
Al igual que Pensilvania, este bastión demócrata -y sus 15 grandes electores- fueron a parar a Trump en 2016, para sorpresa de todos, frente a Hillary Clinton.
Biden lo reconquistó en 2020.
Trump va en busca de votos con un discurso apocalípticoEn esta cuna de la industria automovilística, también en declive, Harris recibió un fuerte apoyo del principal sindicato, pero no de los votantes árabes-estadounidenses o musulmanes indignados por el apoyo de Estados Unidos a Israel en la guerra de Gaza.
Trump apuesta en particular por el coste de la vida para movilizar a la clase media contra Harris, que se presenta como la heredera de un mandato de Biden marcado por la inflación.
Wisconsin
Junto con Pensilvania y Michigan, es el tercer estado que resquebrajó el “muro azul” en 2016, un bloque de 20 estados históricamente demócratas.
Clinton perdió allí 10 grandes electores, que Biden recuperó en 2020. Como muestra de la importancia del estado para ellos, los republicanos celebraron allí su convención, en julio pasado.
Georgia
En el corazón del sur religioso y conservador, Georgia suele confiar sus 16 grandes electores al candidato republicano. Pero en la estela de los movimientos antirracistas, este estado, con su numerosa comunidad afroestadounidense, prefirió hace cuatro años al demócrata Biden.
Como hija de padre jamaicano y madre india, Harris tiene 59 años, casi 20 menos que Trump, y un mejor perfil para atraer a los jóvenes y a las minorías de los centros urbanos y universitarios.
Trump llamó “deficiente mental” a Kamala HarrisPero el electorado religioso alaba a Trump como artífice de la suspensión de la garantía federal del aborto. Por ese “logro” se inclinan por olvidar las acusaciones al ex presidente de intentar alterar los resultados de las elecciones en Georgia en 2020.
Carolina del Norte
Otro estado sureño, Carolina del Norte (con 16 grandes electores) no vota por los demócratas a la presidencia desde Barack Obama, en 2008, aunque su gobernador es demócrata desde 2017.
Ahora, como en Georgia, Harris cuenta con los afroestadounidenses (20% de la población) y los jóvenes. Los demócratas buscan aumentar el número de votantes registrados con la esperanza de mejorar la participación.
Arizona
Este estado predominantemente republicano del suroeste, con 11 grandes electores, dio la sorpresa en 2020 al elegir a Biden por solo 10.457 votos de ventaja.
Allí, juega en contra de Harris que Trump ha logrado colar en su campaña el debate sobre la inmigración ilegal, un tema importante en este estado fronterizo.
La esperanza de la vicepresidenta radica en que, en las elecciones de mitad de 2022, el estado prefirió a una demócrata para gobernadora, en detrimento de una candidata trumpista.
Nevada
Este estado del oeste de Estados Unidos con seis grandes electores, conocido por sus casinos, no ha votado por un republicano desde George Bush en 2004.
Pero los conservadores creen que pueden conseguirlo gracias en parte a la población latina, parte de la cual se distancia de los demócratas.
Los partidarios de Harris esperan que la llegada de nuevos habitantes (empleados más jóvenes y mejor formados que suelen proceder de la vecina California para trabajar en el sector tecnológico o en la transición energética) juegue a su favor.